Por Joal Ondo
En un anuncio que marca un punto de inflexión en la evolución del entretenimiento digital, Netflix confirmó el pasado miércoles que, desde 2026, todos sus suscriptores en Francia podrán acceder en vivo a los cinco canales del grupo TF1, el conglomerado mediático más importante del país. La iniciativa, pionera en su tipo, también incluirá acceso a más de 30.000 horas de contenido bajo demanda del catálogo del grupo francés.
La alianza, descrita por expertos como un "matrimonio por conveniencia", responde a los intereses estratégicos de ambas partes. Mientras TF1 se apoya en la fuerza de distribución global de Netflix para revitalizar sus producciones en un contexto de descenso de audiencias televisivas tradicionales, Netflix consolida su presencia en el mercado francés, agregando valor a su oferta y cumpliendo con las normativas locales, que le exigen reinvertir entre el 20% y 25% de sus ingresos en la producción de contenido nacional.
No es la primera vez que ambas compañías cruzan caminos. En 2022, Netflix estrenó Les Combattantes (Women at War), una producción conjunta con TF1 centrada en la experiencia femenina durante la Primera Guerra Mundial, que fue bien recibida tanto en Francia como internacionalmente.
Pero el anuncio tiene resonancia más allá de las fronteras galas. Según un artículo de Ars Technica, si la integración de canales lineales resulta exitosa en Francia, Netflix podría replicar el modelo en otros países europeos e incluso en Estados Unidos, lo que abriría una nueva era en la convergencia entre televisión tradicional y plataformas de streaming.
Greg Peters, co-CEO de Netflix, se mostró cauto pero optimista: “Esperaremos a ver cómo sale lo de TF1 antes de firmar acuerdos similares en otros mercados”. No obstante, reconoció que el público ya “piensa en Netflix cuando habla de TV”, un indicio claro de que la plataforma está dejando atrás su imagen de simple videoclub online para convertirse en el nuevo estándar de consumo audiovisual.
Por su parte, el CEO de TF1, Rodolphe Belmer, admitió que la televisión lineal enfrenta un “declive secular”, en referencia a la pérdida sostenida de relevancia frente a la televisión a la carta. “Hemos intentado frenarlo con nuestra propia plataforma gratuita, pero ahora optamos por aliarnos con la fuerza de Netflix para recuperar terreno”, afirmó.
Con este movimiento, Netflix no sólo se adapta a las regulaciones y a las tendencias de consumo, sino que podría estar sentando las bases del futuro híbrido entre lo digital y lo tradicional. En una época en que los servicios OTT dominan las pantallas, este paso señala una reinvención del concepto de “canal de televisión”, dentro de un ecosistema donde el contenido sigue siendo rey, pero la forma de distribuirlo se transforma constantemente.
Y mientras el mundo observa los resultados del experimento francés, en otras latitudes siguen ganando terreno propuestas innovadoras como la chilena Zapping, que ya ha conseguido integrar televisión en vivo con una experiencia completamente digital. ¿Será este el comienzo de una nueva era televisiva global? El 2026 traerá la respuesta.
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